La
noche
siempre
a
- pla -
za - da
llama
a mi puerta
sin
remedio.
Las
horas errantes de este atardecer
castigado
por el viento
cortejan
mi sofá rinconero
con
el maquillaje escurrido
mostrando
sus desconchadas verdades.
Estoy
solo y soporto mal el olor
de
mis cicatrices
viejas
heridas nunca sanadas suficientemente.
Estoy
solo y necesito abrir resquicios
para
dejar escapar mis obsesiones
cinceladas
frente al espejo con romas indulgencias.
Estoy
solo encadenando miedos
a
las sombras enloquecidas
adueñadas
de la noche.
Estoy
solo y
prefiero seguir solo
en mi sofá
arañando las horas
con los ojos cerrados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario