sábado, 25 de noviembre de 2017

domingo, 19 de noviembre de 2017

No quiero verlos

Se propaga la sombra en el vacío
colectivo a la velocidad de la luz.

Noche con gritos de tantos sordos unidos
por el compartido cordón umbilical alimenticio,
conectados por los mismos pensamientos
azucarados, náufragos en el mismo mar de plomo.

Me acarician con excesiva frecuencia las manos
entrelazadas que apelan a un cielo desmelenado
esperando la complacida respuesta
mientras llega la pregunta desprevenida
del gigante enano con credenciales oficiales
para escupir el humo pegajoso que nunca
asciende lo suficiente.

No estoy arriba, ni tan siquiera aquí
y los veos, agazapados, impacientes
sin proyectos, con aspiraciones
removiendo la sombra húmeda extendida
a mis pies.
Mis pies.
No quiero verlos.

jueves, 16 de noviembre de 2017

Presentación en Segorbe


Viniendo

He de decirme, viniendo a mí
sin dejar de contemplar los brazos
los órganos ocupados, para mantenerme
en pie hoy y mañana.
Y he de moverme sin esperar la fuerza
del día incompleto
cuando empieza casi todo.
He de dejar de hablar, no más voces
porque, ante todo, la voz levanta el cráneo,
tantos síes y noes, tantos escuálidos pensamientos
para que lo accesorio suceda
sin necesidad de recuperar
el movimiento eterno
entre calles, plazas y paradas de autobús, bares incluidos.

Hay que ocupar el rincón donde
la niña, el viejo, su arruga y un perro
adormilado tienen toda la responsabilidad
vagabundos sin naturaleza. Allí,
en la penumbra, allí, en ninguna otra parte
podré extinguir la memoria y, sin mayor pudor,
continuar el camino para seguir
viniendo.

lunes, 13 de noviembre de 2017

Mal olor

Apenas por la esquina inferior
de la ventana entreabierta
se cuela el fétido olor de la palabra pisoteada.

No importa el paisaje de hojas trémulas
bailando al son de un viento otoñal.
No importa la luz que habita, sosiega y funde
la mesa, el lector y el libro entre sus manos.
No importa el largo silencio apenas roto
por murmullos que pasan de puntillas.

Solo el olor, el mal olor
conecta pituitaria y cerebro para enloquecerlo
con su pérfida retórica contaminada.

Para sobrevivir hay que taparse las narices,
ahogarse en el propio mar
en el que gimen burbujas de convicciones viejas,
exhalar el último aliento antes de encerrarse
tras el muro límite de mi piel reseca. 

jueves, 2 de noviembre de 2017

El último selfie

Falso otoño de tardes perplejas

El sol del ocaso servil siluetea
la pareja de amantes
besuqueándose en el límite
del angosto precipicio

Buscan el encuadre justo
para entrever la enfrentada línea
donde reside la otredad denostada
el complemento de fondo necesario

Un paso más
                    un
                        paso
                             más…

Ya se sienten ícaros
en un cielo de virtud
pero tienen alas de hormigón
armado de mentiras.

Mientras         c
                     a
                     e
                     n          al vacío

los románticos amantes
se dedican palabras cariñosas:
How about Brussels, Stan?
        —Fine, Oliver

No les importa mostrar su esperpéntico perfil:
        —Have you said your prayers, Stan?
        —Yes, Oliver