miércoles, 28 de marzo de 2018

Mar urbano

La niña aleja su alegría acera adelante, espantando palomas,
manoteando al aire. Un perro niño también, correa al cuello,
a cuatro patas, mueve la cola y le saluda con un guau amistoso
cómplice de su contento. Guau es la respuesta comprensiva
y se acaba el diálogo. Se distancian, se miran.


No hay más palabras
ni hacen falta:

Mientras tanto, para no oírlos,
silbo entre dientes una canción

lejana.

lunes, 26 de marzo de 2018

Si supieras

Derramas tu perfil en la oquedad lejana
donde elevas cada tarde plegarias sin retorno,
palabras puente para enmarcar sabores
de tradición aletargada, liturgias placebo
de cucarachas enlutadas y desnudos maniquíes.

Si supieras que hace mucho abjuré
de melodías dolientes y ya plegaron sus alas
los ángeles del espejo horizontal.

Si por un instante emprendieras el camino de vuelta
siguiendo la torcida senda de la duda y el también.

Si supieras, en fin, que aún espero,
paciente, la carne humo que brota
en el rincón fetiche de las flores de cristal,
la risa infiel que agita las palmeras,
la voz distante que vuela con el viento…

Si supieras…

Visita esperada

Hoy, como ayer, me viene a visitar el olvido
todo caricias de fresa y engaño
y le abro la puerta lateral, la reservada
sin testigos ni acuciantes besamanos.

Entra.

Lo conozco, somos amigos.
Antes tenía nombre
supongo que aún lo tendrá.

Evita la mirada, aunque veo sus ojos
de plastilina azul que hielan la luz de la alcoba.
Del resto, mejor no hablar:
para qué insistir en la confusión
de verdades contraveneno,
en la arañada lámina de besos
que yacen bajo la manta,
en la exprimida escarcha de momentos trampa.

Dicho esto, sin saludar
se
            a
                        le
                                   ja
                                               entre la niebla.

domingo, 25 de marzo de 2018

Sigo esperando

El bello instante azota la impaciencia
de la oscuridad profana
sentando sin piernas en la lágrima fácil
ligeramente nimbada de azules desvaídos.

Alrededor, emerge circular el canto repetido
invocador, voces        sin huella
                                   sin mirada
                                   sin perdón.
Detrás de la plegaria, el polvo
con el que se escriben los tiempos sin preguntas.

Sigo sin comprender qué me impide
traspasar la cuarta pared
y apagar la luz, evitar
la circunstancia que ensalza el murmullo.
La oscuridad, inevitablemente, lo sé, espejeará
los últimos rayos del poniente.
Cuando golpee la noche y la negra sombra
abrace la lágrima helada
podré alejarme de la falsa calma
que se asoma tímida al borde del abandono.


El canto ha cesado

y

sigo esperando.

Exposición de grabados y poemas. Segorbe

 Exposición en la Capilla Virgen de Gracia. Segorbe
 Jornada de inauguración. 23 de marzo 2018
Performance de Maite Gil en el acto de inauguración

jueves, 1 de marzo de 2018

El ciclo de la herida

Una vez consumado el ciclo de la herida
bajo el gris aguado del vuelo circular
de insectos, mariposas y polillas
no habrá más opción
que volver a las andadas y reclamar
el único indicio que puede romper
las oxidadas cadenas del tiempo amargo.

Jamás podrán escamotear presagios
ni exigir indultos a letrados incorruptos:
la flor del azafrán ya se ha incendiado
e inunda con su olor cielos, praderas, campanarios.

¡Qué fatídico impulso les obligó a callar,
cuántas veces interrumpieron sus grotescas pesadillas!

Está por ver si en el fondo del abismo
quedan restos de argucias calcinadas,
fósiles experimentos ya petrificados,
o gusanos bien alimentados esperando
de nuevo el milagro
de la frágil y áspera crisálida.