jueves, 4 de julio de 2013

ANIVERSARIO DE U(R/N)A(N/R)IA


A Amelia Díaz, en el primer aniversario
 de su prometéica causa

Sisean los tilos en el azul de la noche,
noche mágica estival, cilantro florido,
testigos dormidos del vertical parto,
conjunción del cielo, refugio interior,
río desbordado arrastrando palabras,
elipses agónicas, vectores de llanto y placer.

La diosa celeste, complacida, amamanta el encuentro,
leche de estrellas, lluvia de luz,
mientras los tilos, sombras rientes,
aguardan la sonda nuevo presagio, fosforescencia en hueco,
hinchadas las venas de exacto equilibrio.

Pero habló el trueno con voz quimérica, erizada,
aullido astral del depredador,
padre asfixiado en tumbas de helio,
tiempo en el tiempo,
la envidia de Umbriel empuja a Obrerón.

Hiere a la hija, acuchilla el escorzo
─unitario pálpito de hacer y creer─
con hierros que lanza el gigante helado. Púas a contraluz.
Roto el compás y la diadema, desnuda su cuerpo,
cubre las hojas del sueño escindido.

Los tilos despiertan, alargan los brazos
uniendo sus frondas en cunas de miel
para que la diosa bajada del cielo complete su ciclo.
Una nueva reina remontará el vuelo
con su rojo manto de audacia y poder

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