jueves, 14 de agosto de 2008

UN AYUNTAMIENTO A LA MODA

Un asíduo y brillante articulista, y gran escritor, me sorprendió no hace mucho con el siguiente aserto: cuanto más raquítica es la inteligencia colectiva – Bourdieu diría la ideología dominante - , de mayor tamaño son las gafas de sol que impone la moda.

Aunque evidentemente no responde a ningún estudio empírico, no parece ir descaminado, y me venían a la memoria, por contraste, los minúsculos quevedos ahumados que Lennon implantó, todo un símbolo de una forma mucho más inteligente, sincera y rica de entender la vida.

Las anteojeras oscuras son, además de protectores solares, escudos psicológicos que nos aíslan de los otros, barreras que salvaguardan nuestra intimidad.

Esta sociedad nuestra individualista, insincera y egocéntrica, que no aguanta la mirada a los ojos, necesita de unas enormes pantallas que, amén de mostrar con grandes caracteres el logo de la marca, impidan al de enfrente ver el destello de la mirada transparente, la intención aviesa o la inocente candidez.

Los concejales del PP, con el alcalde a la cabeza, estrenaron el verano en el último pleno calándose sus gafas de sol, de última moda, y se acomodaron en la opacidad informativa, impidiendo hacer públicos sus bienes y patrimonios. Mientras Calles y su equipo gritaban a lo Goethe ¡luz, más luz! nuestro Ayuntamiento, más veraniego, moderno y cosmopolita que nunca, se ponía unas D&G pantagruélicas y se iba de vacaciones.

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