lunes, 9 de septiembre de 2019

Socratismo ignorante

No sé por qué el día de levantó de la silla
a la incierta y escocida hora
de hincar el pulso en la aguja sin perdón.

No sé siquiera si hubo un sábado de gloria
litúrgico y benevolente, acaso tembloroso,
ni si el velo secular se armó espléndido
para ocultar la cuestión primera, vertical,
redimiendo por anticipado la culpa, el golpe, la inacción.

Tampoco sé por qué es hoy un día triste
cuajado se semillas quebradizas
que nunca se sembrarán en gleba acogedora
ni en humedales sin rencor.

Y no sé si quiero saber
ni si soy en este lugar en blanco y negro,
de cierres y abandonos,
o si no soy sabiendo sin querer
lo que supe desde siempre.


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