lunes, 16 de mayo de 2016

sálvame

ayer maté a un hombre
o creí matarlo
cuando cerré los ojos
muerto en mi hoguera de escombros
con vapores telúricos de dioses rotos

mi abúlica dejadez prefirió
no ver su rostro descompuesto
            vacua mirada entre párpados quemados
no oír su desesperado grito
            hierro helado que rasga el cielo
no sentir su enloquecido sufrimiento
            mil veces engullido
            mil veces secretado

hombre grito dolor por un instante
                                   y luego en negro
cuando accedí sin mayor apuro
a cambiar al programa de la tarde


            SÁLVAME DIARIO

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