lunes, 19 de mayo de 2014

[VACÍO]

Vacío, vaciado. Descosidas las costuras
por donde se han escapado las últimas bocanadas de verdad
de las pocas verdades que aún me revolvían las tripas.
Se han escurrido, sinuosas, pringosas,
sorteando los embates de la maldita conciencia.

Sí. Ahora me siento liberado.
Ahora puedo señalar sin escrúpulos, ya puedo
arremeter          someter              prometer            …er
sin que el pulso se me altere. Lo he conseguido:
inmunizado al pentotal sódico, encefalograma plano
con mis neuronas amaestradas, mariposas de colores en el test de Rorscharch
cara de idiota ante la pregunta indiscreta
mirada licuada y sonrisa fácil.

Ya soy yo, afuera. Lo difícil es mantenerse.
Ahora sé lo que soy, porque sé lo que no soy, lo que quiero ignorar que soy,
ausencia aprehendida de lo evidente.
Vicio viciado, de mí hacia lo otro, desde fuera, hacia mi dentro vaciado,
líneas de polvo advertidas por la periferia de mis límites.

Más allá, el mundo, que existe mientras esté proyectado desde éste mío
impropio, como el óxido existe en el hierro
como el discurso estéril hollado en la palavra, en la bocal
un mundo a la medida de mis mínimas posibilidades
lejos de pesadillas inútiles. Orwell ya pasó.
Me quedo con el infeliz de Huxley.

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