SILENCIO Y CANTO
Hilo este poema límite de mis dedos
Tanteando indeciso las aristas de mí mismo
Caen una tras otra las palabras
Para que tú las cojas y las eches a volar
Frágiles notas de una antigua melodía
Que intenta pretenciosa tocar el cielo
Voz cansada de escuchar tantos ecos no vividos
Salmodias de libros impenetrables, desleídos
Deja que suene el tintineo que habla
de
veranos y de ríos
Tamiza entre tus manos el verso que diluye
la
tierra y el ronzal
Si el canto se hace lluvia
Si el eco sueña el árbol
Pronto se cubrirá de sombras la pradera
Y los silencios, acompasados, dibujarán la vida.
RECUERDOS
Recuerdo el agrio silencio de una página en blanco
la palabra incrustada en boca torcida y prieta
preñada de hogueras yermas calcinadas
Recuerdo la losa encallecida
por tantos pasos sin duelo ni consuelo
hacia el altar fetiche lágrimas furtivas
rastro de arena gris fugas y mentiras
Recuerdo el pecho que reventó el grito
en la oscura soledad temblor de insecto
buscando enloquecido la inútil luz cegadora y fría
de un solitario fanal barrio dormido
Recuerdo, en fin, la lejana queja de un bandoneón rasgado.
Sembró de afectos la indolente albura
desanduvo el trayecto de la farsa
y el disfraz.
Arrancó su pena en un sutil verso
aire voz y alma todo uno
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