Hace
cuatro años, el entonces candidato a la alcaldía de Castellón, Alberto Fabra,
hizo público el compromiso que había adquirido, ante un notario, de cumplir
diez promesas en las que parecía resumir lo que ofrecía a la ciudad, su
proyecto político. Diez promesas que, dado el carácter trascendente de su
puesta en escena, parecían diez mandamientos grabados en las tablas de la ley
notarial.
Fue, sin duda, un mero acto electoralista, rallando el ridículo, cuya primera
lectura hacía pensar en la poca credibilidad que él mismo otorgaba a sus
propuestas. Pero quizá no era consciente de que este compromiso público podía
convertirse en el rasero con el que medir los resultados de su gestión, una vez
alcanzado, como así sucedió, el gobierno municipal.
Es probable que en ese momento confiara en la consecución plena de sus diez
retos: eran tiempos de bonanza económica, aún no se habían dictado las
resoluciones judiciales sobre las polémicas decisiones urbanísticas tomadas por
él mismo con anterioridad, y aún no habían salido a la luz pública las
evidentes conexiones de su partido con las tramas de corrupción.
Hoy, a menos de seis meses para comprobar en cuáles de los diez ha pecado,
vamos a recordarle cómo tiene el panorama, que no diga que no se le avisa.
Repasemos brevemente cada uno de ellos siguiendo el mismo orden del acta
notarial:
1. Convertir el andén del parque Ribalta en el gran paseo de Castellón.
Enhorabuena, señor alcalde, este compromiso, a pesar de las voces discrepantes
por la violación de requerimientos de conservación patrimonial, lo ha cumplido.
Con la ejecución de esa parte del trazado del trolebús ha mejorado sustancialmente
una zona de nuestro querido parque, tan olvidado en otros muchos aspectos.
2. Plantar diez mil nuevos árboles por la ciudad. No sabemos cuántos, pero
podemos dar por hecho que están plantados. Eso sí, habrá que descontar las
múltiples palmeras que han sucumbido a la plaga, haciendo constar que cada una
de ellas vale por muchos de los jóvenes plantones.
3. Ofertar cuatro mil viviendas de protección oficial. Ni cuatro mil, ni
cuatro. Este mandamiento, para desgracia de la gente con menos recursos, no se
ha cumplido.
4. Bonificar el cincuenta por ciento del IBI para los jóvenes que adquieran su
primera vivienda y para los pensionistas con rentas mínimas. Tras el último
acuerdo de subida de los impuestos municipales, recordar este compromiso parece
un sarcasmo.
5. Dotar a Castellón de dieciséis campos de fútbol con césped artificial,
además de culminar la ciudad deportiva. ¿Dónde están? Otro mandamiento
incumplido, y van tres.
6. Convertir la antigua Fábrica Dávalos en un gran centro de ocio para
adolescentes. El edificio sigue en pie, y no hay visos de que se esté
construyendo algo. Se promocionaron algunas consultas para recoger sugerencias,
porque no se tenía ni idea de lo que se quería hacer, y eso que en el programa
socialista se les daban suficientes pistas. Nuevo fiasco.
7. Conectar, mediante el TVR, la UJI, el centro y el Grao con una frecuencia de
cinco minutos. Dado el ritmo que llevan las obras y la falta de financiación
por parte de la Generalitat, aún nos faltan diez años para que este compromiso
se vea cumplido, ¡y sólo le quedan seis meses!
8. Colocar veinte nuevas esculturas en la ciudad. Objetivo cumplido: lo penoso
es que ha convertido la ciudad en el museo Ripo, y que dada la escasez de
recursos financieros del Ayuntamiento algunas de estas esculturas, por lo
majestuosas y costosísimas, nos parecen una cruel obscenidad.
9. Crear un complejo de empresas sostenibles, sociales e innovadoras con
condiciones ventajosas en la Ciudad del Transporte. La primera noticia de este
compromiso se ha dado esta misma semana, anunciando que en breve se va a
aprobar el proyecto urbanístico de ampliación. Ni siquiera están puestas las
bases jurídicas, así que ¿para cuándo las prometidas empresas?
10. Proyectar el Gran Parque de los Niños, junto al Peri 18, y el gran Parque
del Deporte, al lado de la Roda Este. Este último puede decirse acabado, pero
en el primero, el Parque de San José, lo único que se pasean enseñoreadas son
ratas como conejos alrededor de desagües inmundos.
Esperamos que el señor alcalde tenga suficientes motivos para realizar un
sentido acto de contrición. ¿O es que también va a echarle la culpa al de
siempre?
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