El 28
de abril la comunidad educativa, padres, profesores y alumnos, está llamada a
realizar un paro general en el sistema educativo valenciano. Los colectivos que
integran la Plataforma por la Enseñanza Pública, sindicatos y asociaciones de
padres, así lo han decidido a la vista del fracaso estrepitoso del proceso
“negociador” que se abrió tras las movilizaciones de diciembre.
Entonces, Font de Mora se puso el traje conciliador (¿he dicho traje?) y
admitió una agenda de reuniones para estudiar el paquete de contenidos que
llevaron a todos los colectivos a la gran manifestación de Valencia, con la
bochornosa implantación de la asignatura EpC en inglés como guinda del
infumable pastel en que el PP ha convertido la educación. Cualquier análisis
llevaba a la misma conclusión: se trataba únicamente de una táctica dilatoria
que consiguió frenar la huelga del 15D, sin ninguna intención de resolver lo
que para la Conselleria no era ningún problema. Todo lo contrario, estaban y
están, cada día más, encantados con su gestión.
De los 13 puntos de la plataforma, los más significativos y de peor pelaje ni
siquiera se han planteado: no se deroga la Orden de EpC; no van a cesar los
inspectores digitales ni se va a modificar sustancialmente el sistema de
provisión; no se va a cambiar el decreto de admisión de alumnos ni mucho menos
se va a garantizar el reparto equilibrado; no se plantea ningún compromiso con
los programas de refuerzo ni para rediseñar los programas destinados a atajar
el abandono y el gran fracaso escolar; no hay nuevo mapa escolar y continuarán
los barracones; no hay compromiso para generalizar el inglés en Infantil; no
hay ningún indicio de creación de aulas de 0-3 años; no se sabe nada de
plantillas...
Todo, o casi todo, sigue igual, y mientras unos se movilizan el señor
conseller, en plan torero, se permite el lujazo de presentarse ante los
empresarios chinos para anunciarles algo extraordinariamente importante: los
niños y niñas valencianos van a poder comunicarse de tú a tú y en un plis plas
con todo el planeta, pues su sistema plurilingüe va a unir la EpC en inglés en
los primeros niveles con el chino como optativa en años posteriores.
Los chinos, a tales comportamientos lo llaman shì wū jù xì, y nosotros algo así
como estar en la inopia. También me han dicho que tal propuesta es un duō duō
guài shì, o sea, un enorme absurdo, otro más en esta corte de los milagros.
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