El rey
se paseaba impúdicamente desnudo mientras sus vasallos – que para eso eran
'sus' vasallos – y él mismo, admiraban el primor y buena hechura de su
especialísimo traje hecho con tal paño que sólo podían verlo aquellos que
estuvieran seguros de ser hijos de su padre. El paño lo habían fabricado unos
pícaros que supieron ofrecer al rey tamaño engaño y que él aceptó, porque veía
en tal alarde un claro beneficio: saber, efectivamente, quién era quién en
cuanto a padre se refiere.
Todos, creyendo perder la honra a ojos de los demás, permanecían callados en su
presencia sin atreverse a descubrir su secreto. Hasta que un humilde paria, sin
prejuicio alguno, le dijo las verdades del barquero, lo cual animó a otros, y
así, perdiendo el miedo, se descubrió la farsa.
De esta manera narraba Petronio este cuento al Conde Lucanor en el clásico
libro del Infante don Juan Manuel para aconsejarle como moraleja en quién debía
confiar y en quién no.
El cuento viene a cuento con lo que está pasando en Castellón a propósito del
traje a medida que hizo el PP con el PGOU y la sentencia de anulación que sobre
él ha dictado el Tribunal Supremo.
El señor Moliner, a sabiendas o no, se pasea por el Consell de Participación
Ciudadana más desnudo de verdades que el propio rey en cueros, predicando las
bondades del traje. Tal es su empecinamiento que, dice, va a seguir llevándolo
majestuosamente. Su vanidad se lo exigía.
Sus vasallos del Consejo, que son muchos y bien colocados, aplauden su
desnudez, pues no se atreven a decirle lo que todo el mundo ve: que va en
bolas, que el traje es de mentira, que el plan está anulado, que debe dejarse
de engaños y ponerse el traje de faena.
Solamente una voz, humilde pero firme, sin nada que perder, la de la joven
concejala Sofía, fue capaz de mentarle aquello de “o yo estoy ciega o usted va
desnudo” que dice el cuento.
Esperemos, como en el cuento, que poco a poco se vaya descubriendo la verdad, a
ver si el señor Moliner se da cuenta que con el engaño, al final, sólo se
engaña a sí mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario