martes, 12 de agosto de 2008
AND THE WINNER IS…
Estoy convencido de que el equipo de gobierno del Ayuntamiento y el PP local prepararán mejor el próximo debate sobre el estado de la ciudad, el del año que viene; le darán la importancia y trascendencia que se merece. No porque se convenzan del calado democrático que encierra, sino porque no van a permitir – faltaría más – que la oposición salga, como ha ocurrido ahora, no sólo airosa del debate, sino claramente ganadora. Toda la prensa local ha sido unánime al respecto.
El tono político del PP no parece acorde con el momento, primer año de una nueva legislatura. Más bien responde a la creencia de ser uno más en la larga lista de su inacabable ejercicio del poder local. Y en esa su fatua actitud, el grupo de la oposición no es más que cuatro 'pelagatos' que ni están a la altura ni pueden entender los entresijos de su magnífica labor. Así han llegado al debate.
Lo cierto es que éste es otro equipo de gobierno, con menor capacidad operativa ante problemas municipales viejos y nuevos que se enquistan y multiplican, pero con las mismas ideas y los mismos tics de políticas populistas y arreglos a la carta. Y ésta es otra oposición, con más brío y mayor frescura, sabedora de que si está en el ejercicio de la oposición no es ni por falta de capacidad ilusionadora ni por falta de ideas programáticas.
Este cambio de roles se ha notado. La foto fija resultante, la que al final vale en esta sociedad mediática es la de un equipo de concejales de la oposición mostrando sus declaraciones patrimoniales, frente a un PP balbuceante amordazado por un concejal ausente e incapaz de dar mayor respuesta que la de mentar infantilmente una presunta falta de respeto a la Ley de Protección de Datos.
Bien es cierto que el señor Fabra, el ausente, tiene mucho que decir sobre su patrimonio, y no todo limpio de polvo y paja según entiende la Administración Tributaria, pero a otros concejales tampoco les debe entusiasmar la idea de hacer públicos sus bienes y sueldos públicos y privados. Y para impedirlo, el otro señor Fabra, el alcalde, ha tenido que ejercer su voto de calidad, con lo que ello representa. Él bien lo sabe.
Tampoco podían ofrecer un balance anual mínimamente sugestivo. Al contrario, si echamos la vista atrás de este último año el balance es penoso:
- aumento escandaloso de las tasas municipales
- unas finanzas hechas unos zorros
- un trolebús carísimo que nadie sabe para qué sirve
- problemas con colectivos varios: vecinos, vendedores...
- ausencia de verdaderas soluciones para los viejos prblemas de movilidad
- un aparato administrativo agobiado e incapaz de sacar los papeles con un mínimo de agilidad
- proyectos faraónicos en época de crisis
Pero la foto que queda en la retina no está relacionada con ninguno de éstos o de otros problemas, sino con la de las declaraciones de bienes y la falta de transparencia política. Y con esta foto 'the winner is...”
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