cavidades
de dulzura en tu fluir ajeno
orillando
regueros con olor de alcoba
vienes
hacía mí pertrechada dispuesta
y
cierras la puerta que nos une a la mañana
no
tengas prisa cuando ovilles mi dolor
ni
pellizques mi invisible huida
mi
tiempo se pierde entre tu líquida sal
busco
las palabras que custodian los silencios
tu
lengua de arena modula murmullos opacos
tiembla
el deseo con tu respiración ociosa
ya
no estás y yo contigo
obedezco
vagante en la profundidad
de
tu olvidada cuna
sorbo
a sorbo me envenenas
pulso
a pulso me derribas
y
caigo abatido indefenso
en
tu abandono de sombras
….
Después
cuando
sale
apaga la luz
No hay comentarios:
Publicar un comentario