los sótanos dejan escapar
trazas de pánicos amorfos
esos que maduran en la penumbra
equivocada
y apuran palabras con sabor a lunas
en el sótano me recuesto adormilado
los ojos apuntan a la memoria aturdida
al recuerdo desnudo
desnutrido
las manos, aleteos de peces muertos
agarran el azul, lo cosifican
y anudan el pespunte de la negación
perpetua
en el sótano nada enerva
el sacramental adiós a la cordura
está abierto
pero no tengo fuerzas
para dar tres pasos indecisos
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