En
una vieja botella de vino rancio
se
guardan lacónicos desechos
de
mis días sin luz
y
mis noches con niebla.
Algunos
vuelan en humo gris deshilachado
otros
arañan cenizas, lodos y recuerdos.
Son palabras puente para cruzar desiertos
gritos
sin voz acuchillando miserias
silencios en calma que
cosquillean el alma.
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