sábado, 9 de abril de 2016

Desde el puente

si de observar el paso del tren de las doce se tratara
apoyado en el petril del puente viejo
tránsito fugaz de la nada a la nada
−contingentes orgánicos
                    cajas de dominó
               paréntesis solapados−
por el camino invariable reconocido
y aprehender el universo caótico de múltiples ecos
yo mismo en este instante
me prepararía para el salto:
nada hay fuera de mi piel coraza

pero si como ves el tren avanza apenas
tiempo extendido masa de plastilina pegajosa
voy a intentar ser viajero
dejando intacto mi cuerpo alienado
yo mismo tren proyectado
hacia un destino inexorablemente incierto
porque
platónico
recuerdo aquella lección de bachillerato:
mejor hacerse sombra de ficha de dominó
(dos agujeros duplicados sobre el blanco marfil)
envoltura de desechos
punto suspensivo entre paréntesis de acero


me revientan los clásicos
así que doy media vuelta y me voy
a calcular las inversiones hexacordales que pueden combinarse
o a dar de comer a las urracas



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