rostros sin vida distancia doliente
─paredes blancas de Chibok
como antes de antes como tantos como
siempre
se arrodillan abatidos
de todo lo que es abatido sin remedio
misterio de sol en la mirada
luz filtrada de siglos en instantes
historia sin tiempo final sin principio
ni final
mientras, clama el mundo gobernado
ninguna razón imaginada demonios soñados
implacable desorden
─ calles blancas de Chibok
manos ensangrentadas yugulares en rojo
y ojos negros sin fondo ni temblor
mientras, sin propósito ni aliento
el mundo engulle la locura
rezos mascullados golpean los labios
embrutecidos
una al lado de otra
─ lunas blancas de Chibok
oraciones a las piedras de las manos
vacías
suplicando a la noche que mañana
los corderos vuelvan a balar
mientras, me desgarro ¡liberadlas!
─
negros sicarios de Chibok
secuestrad al mundo encadenad mi vida
ellas no tienen culpa de nada
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