de
madrugada nada va y es
el ojo herrado la boca que moja
el gozo superfluo para
tararear jirones de estrofas
en la cavidad jungla para oler
las tuberías de un planeta
ignorado
tú
porque
quieres alargar
la mano del misterio
hacia la blanca
luna
donde se inclina
la música celestial
del firmamento alado
¿dónde queda el sopor
un hálito del vencimiento?
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