Este
señor conseller de educación llevaba unos cuantos meses calladito, esperando
agazapado si una posible crisis del Consell, a resultas del caso Gürtel, se le
llevaba por delante. Pero como puede estar pensando que los vientos le
continúan siendo favorables ha vuelto a abrir la boca y, cómo no, otra vez nos
sorprende con otra astracanada, esta vez para argumentar (es mucho decir lo de
argumentar) porqué rechaza la ayuda del Plan Escuela 2.0 del Gobierno para
dotar a todos los escolares de ordenadores portátiles.
El caso es que como el Consell está a dos velas y no tiene un euro, no puede
abonar la parte que le corresponde del programa y, en vez de admitir la
evidencia, nos sale con la historia de que los portátiles son peligrosos, pues
al tener la pantalla más pequeña, pueden causar miopía en los niños. Lo que
provoca semejante salida es risa, porque a estas alturas ya no hay primo que se
deje embaucar con tanta patraña, aunque la firme el Sursum Corda. ¿Es que los
chavales no están hartos de usar las videoconsolas y los móviles?
La miopía la tiene, y de muchas dioptrías, este señor conseller, pues mientras
los escolares de media España van a disponer de este material, los valencianos
deberán esperar tiempos mejores.
Ya no hay primos que embaucar; más bien alguno que se pasa de listo. Y si no
que se lo pregunten al primo ‘político’ del Alcalde (vamos, el primo de su
mujer), que a cuenta de unos cuantos animales disecados y unos paneles para
exposiciones sobre medio ambiente, se a tirar al bolsillo unos suculentos
milloncejos.
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