pataleo de pies trabados
sonido de escarabajo encorvado
no hay entrada ni salida
un hábito de gateo en tu vida de
alquitrán
la cabeza hundida en el suelo de abertura
interferida
no estás aquí, no estás apretado en tu
alrededor
ni en el espacio único donde permanecer
erecto
a cuatro manos cuatro pies te alejas
temeroso de las paredes en llamas
ciego, desnudo de esperanza
tiemblas ante tu propia imagen de yeso
cabeza atrás, cara en el muslo, costado
en la cara
rehecho, maltrecho
ignorado del pálido resplandor imaginado
llanto de pies trabados
inadvertida sintaxis en rincones
opuestos
rehúye el contacto con la humedad de
siempre
la celda es de tres por dos
cárcel opresiva de la conciencia muerta,
aniquilada
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